jueves, 2 de febrero de 2012


Situación emocional de la mujer maltratada

  1. La mujer maltratada, vive situaciones emocionales perturbadoras
  2. Perdida de la autoestima.
  3. Ambivalencia hacia el maltratador por el que siente miedo, agresividad y amor (durante las remisiones).
  4. Ansiedad de la marcha que conlleva la responsabilidad del fracaso familiar y, en la mayoría de los casos, hacerse cargo de los hijos.
  5. Presiones del medio, que la culpabiliza por su posición de víctima y por el fracaso conyugal, por ejemplo, las amistades presionan para que le abandone, mientras que la madre para que le aguante.
  6. Consecuencias económicas de una marcha.
  7. Ineficiencia de apoyos jurídicos para protegerla y el temor permanente a ser agredida de nuevo por la pareja que sigue persiguiéndola.

Estos son algunos de los aspectos que se viven en una situación de agresión, otros son:

  1. Situación emocional de la mujer maltratada
  2. alestar, incomodidad.
  3. Tristeza.
  4. Vergüenza.
  5. Retraimiento, repliegue sobre sí misma.
  6. Reticencia al intercambio de opiniones, de experiencias, por ejm. en la entrevista.
  7. Tendencia a desvalorizarse y culpabilizarse.
  8. Somatizaciones diversas: depresión, insomnio, consumo exagerado de medicamentos, alcoholismo, problemas digestivos, problemas sexuales, etc…
  9. Actitud temerosa.
  10. Indecisión.
  11. Agresividad desproporcionada hacia los profesionales que le preguntan.
  12. Reacciones de huida.
  13. Aislamiento, deberán afrontar la soledad, pocas mujeres han sido preparadas para vivir ellas mismas, solo se van funcionando ligadas a un hombre.
  14. La mujer maltratada que sale del círculo de la violencia tendrá que recuperar todas las pérdidas emocionales, psicológicas y físicas inherentes a la vivencia de la violencia.

La violencia familiar se produce en todas las clases sociales y por tanto en todos los estamentos económicos, incluso en aquellos de alto nivel cultural. No obstante cuando se extraen datos de denuncias, encontramos principalmente mujeres de clases sociales desfavorecidas. Pero si hacemos el análisis de datos obtenidos en despachos de abogados privados, encontramos que muchas de las mujeres que acuden a separarse pertenecientes a clases sociales acomodadas, han sido objeto de malos tratos físicos y psíquicos.

Muchas mujeres retiran la denuncia antes del Juicio, casi siempre por miedo y bajo amenazas. Un factor que hay que tener también presente es la dificultad que tiene la víctima de probar los hechos, estos siempre se producen en la intimidad, sin testigos o con testigos que dependen del agresor por razones de parentesco. Tampoco le resulta fácil a la víctima llevar testigos de la agresión tales como vecinos, ya que normalmente no quieren ir. Por otra parte, los certificados de lesiones aportados no siempre tienen el poder probatorio de la existencia de la violencia familiar, ya que si bien certifican las lesiones, no acreditan quien las produce. En definitiva en la mayoría de los casos las mujeres que se animan a denunciar, tienen otra dificultad añadida: "la carga de la prueba siempre recae sobre la víctima siendo en la mayoría de los casos difícil de romper la tan argumentada presunción de inocencia del art. 24 de la Constitución Española".

El delito de la habitualidad en el maltrato fue introducido en nuestro código en la reforma del 95 y dice: "el que habitualmente ejerza violencia física sobre su cónyuge o persona a la que se halla ligado de forma estable por análoga relación de afectividad… será castigado con la pena de prisión de 6 meses a tres años". La Jurisprudencia exige 3 agresiones para que se considere la habitualidad y se requiere también la convivencia del agresor con la víctima. Dado que los mecanismos legales no actúan con rapidez, la mujer maltratada debe irse del domicilio familiar con sus hijos a una casa de un familiar, de una amiga, o a una casa de acogida, mientras el agresor queda en el domicilio.



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