Los cristianos estamos de fiesta
este Domingo de Resurrección porque celebramos el acontecimiento que da
fundamento a nuestra fe: la Resurrección de Jesús.
Sin embargo, a los católicos nos
hace falta una mayor conciencia de lo que celebramos porque, en el contexto de
la Semana Santa, la Vigilia Pascual y el Domingo de Resurrección prácticamente
pasan desapercibidos. ¿Sabemos realmente qué significa esta Solemnidad?
Del Sábado de Gloria al Domingo
de Resurrección
La ley del ayuno eucarístico en
la Iglesia era muy rígida hasta hace unos cuantos años. Obligaba no comer ni
beber nada desde las 00:00 horas hasta el momento de comulgar. Esta rigidez se
reflejó en la cultura eucarística del pueblo católico, de tal modo que las
misas siempre eran matutinas y por la tarde (como no podía haber Misa) se
celebraba el Santo Rosario con bendición del Santísimo.
La Vigilia Pascual, que debería
celebrarse durante la noche del Sábado para amanecer Domingo, se adelantó a la
mañana y dio lugar al equivocado “Sábado de Gloria” que tan arraigado quedó en
nuestras tradiciones.
En torno a la “apertura de la
Gloria” y a la bendición del “agua florida”, había muchas tradiciones que aún
se recuerdan entre los viejos, como la costumbres de bañarse y bañar a los
transeúntes por las calles, para recordar el Bautismo.
Otra costumbre bonita eran los
huevos de Pascua decorados con anilina y llenos de “agua florida”, una especie
de perfume que se vendía en las farmacias y que no era muy caro; también se
llenaban de confeti y se rompían al salir de la Misa.
Vigilia Pascual
Se relacionaba la Resurrección de
Cristo con la vida y el crecimiento. El sacerdote recorría las casas del pueblo
rociando con agua bendita a sus feligreses que recibían la bendición con respeto
y devoción.
A los niños se les jalaban las
orejas para que crecieran Algunos papás tenían la bárbara costumbre de pegarles
a sus hijos, medio en broma, medio en serio, con varas de membrillo para que
crecieran y fueran buenos ¡Que bueno que esa costumbre ya se olvidó!
Cuando la Vigilia Pascual, a raíz
del Concilio Vaticano II, regresó a su horario lógico que es el sábado
por la noche, muchas de estas costumbres se quedaron ancladas en el Sábado y
otras van desapareciendo.
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