La fortaleza de la seguridad, de un estado democrático social de derecho, depende de sus capacidades y del grado de conciencia e identificación de la población, en el rol de sus fuerzas armadas, en prevalecer el orden público de la Nación, con las necesidades de defensa Mantener el orden público, que son los sistemas de valores e intereses que configuran su sociedad. Este aspecto solemos llamarlo e identificarlo como rol constitucional en la seguridad y defensa y en nuestro país, depende de las percepciones que los ciudadanos tienen sobre su seguridad y el compromiso institucional de la fuerza pública, previstos en sus riesgos y amenazas que pueden tener en los peligros a la integridad física de nuestros soldados y policías, es por ello mantener las garantías legitimas de proteger las protestas, dentro del marco legal de respeto y obligaciones de los marchantes, resultado, por un descontento de la sociedad en debatir las diferencias de las decisiones del estado. Es decir por el ejecutivo en cabeza de su presidente DR. IVAN DUQUE A su vez estas percepciones vienen profundamente condicionadas por las experiencias históricas del país, de cumulo de hecho relevantes configurados en la corrupción, el legislativo gran número de congresistas, que abarrotan el descontento de la sociedad, exigiendo reducción de los cabildantes, la rama judicial no actúa frente al flagelo constante de la malversación de erario público, para beneficio a terceros y hoy nuestra fuerza pública, está cumpliendo con su deber de mantener la seguridad, el orden en las ciudades, por los hechos irregulares de protesta molecular disipada, en donde debemos rodearlos y apoyarlos en su actuar, cooperando , prevaleciendo la sensatez en los procedimientos, legitimando dignamente la protesta, nuestra fuerza pública, hay que estar con ellos estrechando el vínculo de protegerlos y el sentir de su actividad constitucionalmente.
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